Adolescencia y juventud

El proceso de hacerse mayor, de alcanzar una autonomía responsable y lograr la adultez psicológica y social es una travesía que tiene carácter de aventura.

La juventud es un proceso de transición por el cual se pasa de la dependencia completa, que caracteriza a la infancia, a la plena autonomía que es la propia de la vida adulta. Tenemos que tener en cuenta que este proceso no siempre transcurre de igual forma y que puede ser vivida de formas diferentes dependiendo de las características individuales de cada persona joven.

Es un período en el que se desarrolla un proceso interno de maduración física y sexual, donde se consolidan los rasgos fundamentales de la personalidad y la estructura de sus valores y creencias.

Hablando de juventud creemos que no podemos centrarnos meramente en criterios temporales o establecerlo en franja de edad. Se ha demostrado que es insuficiente, ya que en esta época se incorporan aspectos como la madurez física, social, psicológica de la persona, la educación, la incorporación al trabajo, la autonomía e independencia, así como la construcción de una identidad.

El cambio es el factor predominante en esta época de la vida donde la persona se prepara para la edad adulta. Desde los servicios juveniles que gestionamos, acompañamos a la población joven en este viaje. Proponemos acciones formativas, actividades lúdicas y apoyamos sus iniciativas, facilitando que superen los obstáculos que puedan encontrar en el camino.
 

Los espacios para jóvenes son lugares de encuentro que, en constante actualización y adaptación a la realidad social de cada momento, intentan responder a sus necesidades e intereses y favorecer su promoción social y cultural

  • Actúan como herramientas preventivas a nivel individual y/o grupal y facilitan la relación de la población joven con las administraciones.
  • Los servicios promueven iniciativas y canalizan la participación activa.
  • Trabajan por y para la igualdad promoviendo actividades de concienciación.
  • Atienden y responden a las necesidades de cada joven a nivel individual o grupal, acompañando, informando, orientando y asesorando sobre temas de interés local y comunitario.
  • Promueven un ocio y tiempo libre saludable dotándolo de recursos y actividades de interés para la población joven.
  • Buscan el crecimiento personal y grupal de las y los jóvenes dentro de la sociedad en la que participan, fomentando valores como la autonomía y la responsabilidad.
  • Promueven el voluntariado y la cooperación, motivando y ayudando a la población joven a llevar a cabo sus iniciativas.

Trabajamos por y para la población joven en su proceso madurativo para que ejerzan y sepan defender sus derechos y responsabilidades como personas activas dentro de la sociedad, convirtiéndose así en protagonistas de su propio desarrollo social.
 

Pensamos que la educación de calle y la intervención comunitaria es una contribución a la transformación de nuestra sociedad, posibilitando que las personas, los grupos, los barrios, los pueblos, fomenten sus potencialidades para conseguir mayores niveles de desarrollo, salud, integración, solidaridad y justicia. Concebimos la educación de calle como una intervención socioeducativa, implementada en los espacios de socialización de la población a la que se dirige, en los lugares donde ocupa su ocio y se relaciona con sus iguales.

Nuestro trabajo se basa en la observación directa, participante y continuada de los fenómenos sociales que ocurren en espacios públicos, complementada con la recogida de información a través de informantes clave, como pueden ser el resto de agentes sociales que intervienen en la misma zona, el vecindario y comerciantes. 

Analizamos el medio social, los espacios de ocio y consumo, las actividades que realiza la población adolescente, menores y jóvenes, los cambios en las pautas culturales, etc., descubriendo factores de protección (comunicación asertiva, escolarización, empleo, ausencia de consumos o consumo responsable de drogas, actividades de ocio saludable, sexualidad responsable, interacción con adultos protectores, actitudes de colaboración y respeto, resolución de conflictos, etc.) y factores de riesgo (comunicación agresiva, comunicación pasiva, absentismo escolar, desempleo, consumo abusivo de drogas, relaciones sexuales sin protección, interacción con adultos de riesgo, falta de herramientas para resistir la presión de grupo, etc.). 

Aun sabiendo que la realidad social es cambiante, el análisis de esta debe ser permanente. Lo específico de nuestro análisis es la presencia constante en la calle y la mirada educativa sobre la realidad

El equipo educativo es nuestro mejor recurso. Sus competencias profesionales, sus habilidades, sus limitaciones, su información, el conjunto de su persona es la herramienta de trabajo. Es buen conocedor de los recursos de la comunidad para hacer de puente entre esos recursos y la persona, el grupo o el colectivo que puede beneficiarse de su intervención, facilitando el acceso de la ciudadanía a los recursos comunitarios.

La calle supone un espacio de socialización muy importante para los y las menores. Es ahí donde la población adolescente y juvenil establece el contacto con su grupo de iguales, sin la mediación de ningún otro agente formal. 

Por eso, ofrecemos una relación de ayuda con la persona adulta, que se establece desde la confianza y desde la libertad. Buscamos fomentar el descubrimiento de todas las potencialidades que pueden tener adolescentes y jóvenes, mirando en positivo para que puedan desarrollarlas de la manera más saludable posible. Les acompañamos en el proceso de creación de su propio proyecto de vida.
 

Hoy en día la Prevención es un proceso activo de implementación de iniciativas tendientes a modificar y mejorar la formación integral y la calidad de vida de las personas. Desde Pauma confirmamos que la prevención es un proceso dinámico en el que se debe tener en consideración tanto el contexto como la percepción social; es, también, un proceso global, que busca analizar e intervenir el problema en conjunto; y es un proceso continuo, que se desarrolla y tiene sus efectos a medio y largo plazo.

Nuestros diseños de programas de prevención se basan en un conjunto de actuaciones, relacionadas entre sí, para alcanzar una meta determinada cuyo sentido es impedir o retrasar la aparición del problema al que se encuentra dirigido en particular.  

Es importante tener en cuenta que un programa preventivo está siempre orientado a objetivos concretos y a grupos claramente delimitados, lo que permite elaborar diseños más acordes con la realidad, a la vez que evaluar su impacto. 

Trabajamos para lograr una sociedad más concienciada, solidaria y comprometida. Realizamos acciones de sensibilización, cuyo objetivo es aumentar la conciencia y el compromiso de las personas para lograr un mundo más justo y más humano.

Construimos programas que tengan en cuenta todas las sensibilidades y que potencien la inclusión frente a la exclusión, basándonos en tres objetivos principales:

  • PREVENCIÓN: impulsar las acciones necesarias para el fortalecimiento de los factores protectores y que faciliten la adquisición de conductas que permitan contrarrestar el efecto de los factores de riesgo en niños, niñas, adolescentes y jóvenes desde y con la comunidad.
  • PARTICIPACIÓN: promover las condiciones y recursos que posibiliten el ejercicio activo de la participación adecuando los mecanismos a las características de los procesos de cada persona y/o cada grupo.
  • INTERVENCIÓN SOCIO EDUCATIVA PARA LA PROMOCIÓN: potenciar el desarrollo de habilidades sociales y personales que refuercen identidades y procesos de desarrollo positivos a nivel familiar y comunitario en niños, niñas, jóvenes, padres, madres, tutores, tutoras vecindario y/o actores y actrices locales significativos y significativas del municipio.