EAIA Estella
El EAIA Estella, primer recurso de estas características que se instauró en la Comunidad Foral de Navarra, inició su andadura en 2002 y ha sido gestionado por Pauma hasta 2019.
El Equipo de Atención a la Infancia y Adolescencia es un recurso garantizado, de carácter intermedio y especializado, dependiente de la Subdirección de Familia y Menores, que forma parte de la estructura de protección y promoción de la infancia y adolescencia de Navarra.
Su finalidad es proporcionar el apoyo necesario a la atención primaria en los procesos de: prevención, investigación, valoración e intervención de situaciones de desprotección. Para ello, ejecuta la valoración de las situaciones de riesgo de desprotección y desamparo y, en el caso de que las necesidades de apoyo se ajusten a sus criterios competenciales, diseña e implanta una Intervención Psicoeducativa.
El equipo proporciona atención a niños, niñas y adolescentes menores de dieciocho años, sobre los que hay que valorar la existencia de posibles situaciones de desprotección y sobre los núcleos familiares en los que se ha valorado que existe situación de desprotección y se requiere la implantación de una intervención psicoeducativa.
Contamos con un equipo multidisciplinar y transdisciplinar conformado por psicólogas, trabajadoras sociales y educadoras, que ejecutan “trabajo en equipo”, en el que las decisiones son tomadas de manera conjunta, suponiendo un aval a los procesos de valoración e intervención.
Utilizamos una metodología participante, donde las personas usuarias son sujetos activos de su propio proceso de cambio, a través del diseño conjunto de Planes Individualizados de Protección, que son revisados y actualizados con el fin de ajustarse a las necesidades de las personas.
Los procesos de valoración e intervención se realizan en el contexto próximo y natural de las familias, a través de visitas al domicilio familiar. La figura educativa en la mayoría de los casos y en algunos la psicológica, se incorporan al sistema familiar a través de un proceso de vinculación que está caracterizado por el respeto a las personas que lo conforman. A partir de este escenario, se establece una relación de apoyo y confianza a través de la cual poder generar los cambios pertinentes.
El acompañamiento es una herramienta intrínseca al establecimiento de la relación. La educadora o educador va a acompañar a la familia en diferentes circunstancias, adaptándose a estas, pero, sobre todo, aprovechando cada oportunidad para convertirla en una situación de aprendizaje. Tanto en las visitas domiciliarias, como en los acompañamientos fuera de casa, la o el educador despliega numerosas estrategias, que le permiten abordar diferentes cuestiones y generar posibilidades de cambio.
Hay que señalar que el trabajo educativo se complementa con la intervención psicológica de carácter sistémica. Esta se implanta en aquellas situaciones en las que se considere conveniente trabajar a nivel individual o familiar, cuestiones psicológicas o de dinámica familiar que mantienen la situación de riesgo de desprotección.